Sin duda el factor hormonal juega un papel preponderante en la Función Sexual Femenina (FSF). Los niveles de Estradiol tienen relación con la vagina al través del sistema nervioso central y periférico y en la transmisión nerviosa.
En modelos animales la administración de estradiol resulta en la expansión de zonas receptoras a lo largo de la distribución de los nervios pudendos, lo que permite deducir que los estrógenos afectan los umbrales de sensibilidad. En las mujeres menopáusicas los estrógenos de remplazo restauran en el clítoris y vagina la sensibilidad vibratoria (la más exquisita de todas y la que primero se pierde en las neuropatías periféricas) y los umbrales de sensibilidad a la presión en relación con los que existen en la premenopausia .
La sensibilidad de clítoris e introito vaginal y vulva se pueden medir por Bíotesiometría (medición de la sensibilidad a la vibración) o con medidores de potenciales eléctricos. Con este tipo de mediciones, lo normal es de 3.8 mlA en clítoris, 4.5 mlA en labios y 6.5 en introito vaginal. También tienen los estrógenos una función en pro de la vasodilatación como resultado de la protección de la circulación clitoridiana, uretral y vaginal, lo que concede un efecto preventivo de arteriosclerosis de los territorios pélvicos. La Sintasa del Oxido Nítrico (la enzima responsable de la producción del NO) está a su vez regulada por los estrógenos; la vejez y la castración femenina traen como consecuencia una disminución de los niveles de NO lo que resulta en una fibrosis de las paredes vaginales, de tal manera que el remplazo estrogénico permite el retorno de niveles normales de NO en la vagina evitando las muertes celulares en su mucosa.
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